Sueño húmedo

Creo q como anoche me acosté pensando en el blog, he soñado q me chupaban los pies.
"Llevaba la pedicura hecha. Sí, esa erótica linea blanca con las uñas cuadraditas q le da a los pies ese aspecto tan bello y natural. Vamos, unos pies para follárselos.Estaba en la Uni un poco harta de las clases y decidi salir un momento a despejarme. Hacía calor. Me senté en unos escalones cruzando las piernas pudorosamente, porque llevaba vestido y unas pequeñas braguitas blancas de encaje q no me interesaba enseñar todavía.
Los rayos de sol pegaban fuerte y mi cuerpo empezaba a calentarse demasiado. Levanté la cabeza y vi a un chico q se sentaba en un banco, justo enfrente de mi. Empecé a juguetear, balanceando mi sandalia. Se habia fijado en mi, no habia duda, y deseaba q se acercase. No sé si aposta o insconcientemente moví el pie en una sacudida, saliendo mi sandalia disparada cayendo en el suelo, entre sus piernas.
 -¡Eh, tú! Me pasas mi sandalia?. Le dije un poco burlona. (Parecia mucho mas joven que yo pero no estaba nada mal. Se lo había currado en el gimnasio)
Cuál fue mi sorpresa, cuando, sin decir nada, vino hacia mí, sandalia en mano, para calzarme. Acariciando ligeramente mi pierna tomó mi pie entre sus manos, y mientras me colocaba la sandalia me comentó q tenia unos pies muy bonitos, que le encantaria darme un masaje, que alucinaria con lo bien que se le daba.
Encendió mi curiosidad, y me puse un poco cachonda imaginandomelo. Me dijo q me acercaba a casa en coche si queria... acepté.
Ya en su casa me tumbó en un sofá y colocó un almohadón debajo de mis piernas. Yo estaba expectante, no podia ni imaginar lo que allí iba a acurrir. Destapó un tarro de aceite con un aroma exquisito, mezcla de rosas y jazmín, que se expandió por toda la habitación y cuando llegó a mi nariz me embriagó por completo, llenandome de deseo. Mi corazón latia con fuerza.
Y empezó mi tortura, mi dulce y loca tortura. Me masajeaba un pie, suave y lentamente, poniendo en cada caricia todo el ardor desu pasión, una y otra vez, de arriba a abajo y de abajo a arriba, despacio y en círculos.
¡Oh, que placer! Y no paraba. Mis pies estaban al rojo vivo, no sabia yo que sentiria cada una de esas caricias en mi entrepierna.
¡Oh, dios! ¡No pares!¡Sigue asi!
Fue entonces cuando empezó a pasar su lengua entre mis dedos. Se metió todo mi piececito en su boca y luego, uno a uno, empezando por el meñique, pero sin abandonar en ningun momento el resto del pie.
Me estaba poniendo tan caliente...¡Oh, por favor! Todas esas caricias y lenguetazos podia sentirlos como una descarga por toda mi vagina, que empezaba ya con los temblores típicos que preceden a una gran corrida. Y así, con un grito medio ahogado me dejé llevar por el abismo del orgasmo.
De mi cuerpo empezaron a brotar liquidos que me inundaron y me dejaron muy mojadas mis preciosas braguitas de encaje blanco..."
Fue entonces cuando desperté y me di cuenta de que realmente habia mojado mis bragas.
Claro, que las que llevaba puestas para dormir eran estas. Las he guardado para el primero que las desee.