miércoles, 13 de febrero de 2013

Yo en sus manos






Todavía me recorre un cosquilleo desde mi entrepierna hasta la boca del estomago al recordarlo.
J., el carnicero, llegó a eso de las 10, ya habiamos cenado y M. nada más saludar dijo que se iba a su cuarto a estudiar, que no formasemos mucho jaleo. (Qué tia más sosa)
Traje una botella de cava rosado dulce muy frio y empezamos a bebernosla entre los tres, mientras charlábamos. La verdad es que J. ha resultado ser un chaval de lo más majo. Muy extrovertido, demasiado a veces, diria yo, pues con I. parecía que se le estaba insinuando tambien, y eso me ponia celosa y de mal humor.
Nada más acabarnos la botella y mirando a I. de forma pícara le dije que era hora de estar un poco más tranquilos. Le cogí de la mano y él servicialmente me siguió hasta mi habitación.

Puse música en el portatil y encendí el flexo para apagar el resto de luces y crear un poco de ambiente con una varita de incienso. Cuando me giré, él ya estaba preparado, se quitó la sudadera y la camiseta de una sola vez...¡Dios! ¡Qué sorpresa! Estaba increiblemente apretao, qué tableta de chocolate, qué pectorales (depilado), qué brazacos. (Perdía muchísimo vestido). ¿Cuanto levantaria? Yo peso 52 Kg, seguro que me levanta sin esfuerzo alguno...(esa idea me puso muy cachonda).
En sus vaqueros se notaba un gran bulto, apretando para poder escapar de sus pantalones. Buf, qué calor empecé a sentir.

Sin decirme nada, se acercó a mi, con su torso desnudo, me levantó el jersey y dejó mis pechos al aire ya que iba sin sujetador. Me besó en el cuello y rodeo mis pechos con sus manos, acariciándomelos firme pero dulcemente.
Me iba dirigiendo hacia atras, despacio, mis piernas tocaron el borde de la cama y caí sobre ella. J empezó quitandome las botas y luego mis vaqueros ajustados. Le gustó lo que vió porque el bulto de su pantalón se estaba haciendo más grande y no paraba de dar sacudidas en su prision de tela. ¡Qué buena estás! soltó medio suspirando. Me encendí pero no sé si de verguénza o de deseo. Todo mi cuerpo estaba muy caliente, sobretodo mi cara (puede que las 3 copitas de cava ayudasen). Se quitó los pantalones y los calzoncillos y liberó su miembro palpitante de deseo... hacia mí.
Se tumbó sobre mi con las piernas abiertas a ambos lados de mis caderas, se inclinó hacia delante, yo pensaba que para besarme, pero no. Me agarró las muñecas fuertemente rodeandolas con sus manos y empezó entonces a besarme, pero no en la boca, sino por todo mi cuello, mi oreja, mis hombros, mi escote, luego mis pechos. Se le daba bastante bien, y yo me estaba derritiendo bajo sus piernas, y apenas si me habia tocado todavía.

Me soltó las manos sólo por un momento, lo justo para deshacerse me mi tanguita, volvió a la posición inicial, pero esta vez me sujetaba ambas muñecas con una sola mano y la otra la bajaba hacia mi ingle. Por un instanste sentí miedo, al verme así casi sin poder moverme. No conocia realmente a este tio de nada y podría hacer conmigo lo que quisiera si utilizase su fuerza. Sentí un placer inmenso al llegar a mi clítoris y me dejé de pensar tonterias sólo para dejarme llevar por la situación. Sus manos parecían expertas entre mis piernas, no podía ahogar mis gemidos de placer...
"Ya estás preparada", dijo y me penetró con un poco de brusquedad. Pero me gustaba. (No estaba acostumbrada a un polvo así, sólo me he acostado con 4 antes que J, y los pobres no aguantaban lo suficiente como para darme placer, ahora lo sabia).
J. seguia sujetandome las muñecas con una mano por encima de la cabeza, dejando su peso apoyado en mí, inmovilizandome, con lamano libre forzaba una de mis piernas para que doblara las rodillas, y en esa posición, ya con mis piernas rodeandole la espalda empezó con un ritmo frenético de embestidas. (A este chico le gustaba follar duro). No aguanté mucho tiempo y terminé corriendome. Me miró y sonrió.

Me giró, dejandome boca abajo, me pidió que me pusiera de rodillas. Me agarró con ambas manos fuertemente las nalgas y siguió montándome como un animal. ¡Qué placer! No pude evitar tener otro orgasmo, esta vez mucho más intenso que el primero, tal vez por ese inmenso placer que me estaba haciendo sentir este tio ¿Cuanto tiempo habia esperado a sentir algo como esto? Pobre de mi, realmente no habia tenido un orgasmo, como dios manda, y en un rato J. me habia arrancado dos.
Satisfecho con el resultado que había provocado en mí, me agarró del pelo, no me hacía mucho daño, pero tampoco era cuidadoso, seguía con su vaivén frenético, gimiendo y respirando cada vez con más dificultad hasta que terminó corriendose él también. Me soltó y se dejó caer a un lado de la cama.(Se puede decir que ya la he estrenado, y de qué manera).

Estoy embriagada de placer, me siento la cara encendida otra vez. Ha sido maravilloso, mi primera experiencia de "sexo duro". (bueno, duro en comparación a la postura del misionero a la que me tenian acostumbrada). Sigo tumbada boca abajo, incapaz de moverme, queriendo que esta sensacion que me invade tarde en desaparecer. En mi cabeza le doy vueltas a lo intenso que ha sido todo.
Otra vez interrumpe mis ensoñaciones, esta vez con un beso en la espalda. Me dice que tiene que irse. Que ha sido un placer. Que se alegra de que por fin le huviera dicho que sí para quedar.
Le contesto que yo tambien me lo habia pasado muy bien (no sabía él cuánto, bueno sí, mis gemidos me habrían delatado, qué estúpida)
Busca su ropa para vestirse y se despide diciendome que si quiero volver a repetir cualquier otro dia sólo tengo que pasarme por la carnicería y quedamos.
Y se va.
Caigo en la cuenta de que en ningún momento me ha besado en los labios. Me ha follado que te cagas pero eso ha sido todo, ¿solo sexo? ¿Tan malo es? ¿Volveré a quedar con él?

La cosa es que escribiendo esto, volviendo a recordar todo lo que pasó anoche, lo más íntimo de mí me pide que vuelva a ver a J.

4 comentarios:

  1. Hola, me encantan los comentarios eróticos, tengo 60 años o sea que soy un vejestorio y supongo que estarás pensando que un vejestorio verde. Soy, como los de la mayoría de mi generación, un reprimido, nos guste o no. En los años 65 a 75, a lo máximo que aspirabamos era a poder ver unas bonitas piernas en una revista. Eran tiempos oscuros en los que eramos reprimidos culturalmente y en materia sexual ni te cuento. A los hombres nos hacian sentir culpables si nos masturbabamos y a las mujeres ni se les ocurria acariciarse, es mas te puedo asegurar que muchas de nuestra época no e han acariciado nunca. Bueno, ya está bien de pegarte el rollo. A mi me encanta acariciarme y me encantaría que mi pareja se acariciase, es mas en muchas ocasiones se lo he dicho pero ella no comparte mis fantasias ni mis inquietudes que quisiera llevar a cabo mas pronto que tarde ta que me guste o no soy un poquillo abuelete. El motivo de escribirte es para decirte que ante el comentario de una seguidora del blog de Sylvia de Bejar me ha apetecido escribirte. Lo he hecho porque Mirame, que es la persona que admira tu blog es una mujer que me encanta muchisimo como escribe, rebosa sensualidad y bueno..
    A mí me encantan los pies de las mujeres y si quieres ver mis comentarios puedes acceder al confesionario de Sylvia y verS mi confesion, es la numero XIII. Perdona si te he aburrido pero me apetecía escribirte.
    Angel

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  2. Comprendo los tabues de tu epoca pero conozco personas de tu edad que llevan una vida sexual plena y satisfactoria, todo consiste en sentirse joven y evolucionar con los tiempos. Si tu pareja no te apoya quizas necesiteis mas comunicacion, explicale que te haria enormemente feliz que te acariciase y preguntale que querria ella a cambio. Quien sabe, quizas te lleves una sorpresa.
    Animo. Y si no, disfruta mientras teniendo fantasias que eso no es nada malo,, aqui esta una para ayudar a alimerntarlas. Poco a poco yo tambien me voy quitando tabues, no te creas, ahi cosas que me dan reparo y espanto a mi edad.

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  3. Gracias por contestarme. A tu edad cualquier fantasia, siempre que se respete a los demás, es bonita. Yo he aprendido, un poco tarde, a no sentirme mal por cosas que antes era impensable. He llegado a considerar normal (por cierto odio esta palabra), lo que nunca debió dejar de serlo. Puedo decir alto y claro que me encanta acariciarme pensando en lo que me gusta o me gustaría hacer. He llegado, inclusive, a decirle a mi mujer que me encanta acariciarme, le he comprado un estimulador porque me pone muy caliente el mero hecho de pensar que una mujer se está acariciando y en mayor medida el sentir que a mi lado, en la cama y bajo las sabanas mi mujer se acaricia los pechitos, se acaricia sobre sus braguitas que se humedecen y yo mientras me hago el dormido y al mismo tiempo me acaricio suavemente hasta que al cabo de bastante rato mi semen caliente inunda mis manos. No creas que has dados con un tipo rarito, si lo crees así no tienes mas que censurar este comentario y me daré por enterado. Te he hecho esta descripción porque ahora a los 60 es cuando por las noches, al despertarme me levanto muy excitado y comienzo a acariciarme. Quizás me tomes por un salido, que no lo soy, simplemente es que me encanta la belleza, me encantaría haber tenido la valentía de haber realizado muchas cosas que jamás he realizado ni realizaré ya que sigo siendo un timido. Te diría muchas mas cosas, sobre todo las fantasias que me inspiran los pies bonitos de una mujer pero, salvo que te interese leer el confesionario que te he comentado en las páginas de Sylvia y me lo digas, no creo que deba contarte mis fantasias que inspiran los pies de una mujer y la cantidad de veces que me he corrido pensando en ellos.
    Angel

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